Fabiola Campillai, de 36 años, es vecina de la población Cinco Pinos de San Bernardo. Madre de tres hijas/os, bombera, jugadora de fútbol y activa en labores comunitarias. El martes 26 de noviembre de 2019 su vida cambió para siempre. El impacto de una bomba lacrimógena en su rostro se llevó consigo su vista, el sentido del olfato y del gusto. Además, este brutal ataque le provocó múltiples fracturas craneoencefálicas que le han obligado a someterse a numerosas intervenciones quirúrgicas de alto riesgo.
Fabiola se dirigía junto a su hermana Ana María a tomar la locomoción para llegar al turno de noche a la fábrica de pastas donde trabajaba. En ese momento, un piquete de Carabineros fuertemente armado, sin mediar provocación alguna, comenzó a disparar. Una lacrimógena disparada con una escopeta de 37mm impactó directamente en el rostro de Fabiola, dejándola en el suelo sangrando e inconsciente. Según relató su hermana Ana María, cuando pidió auxilio al mismo grupo de carabineros, recibió por respuesta otra bomba, esta vez tirada con la mano directo a sus pies, que le impidió respirar, ver y que alcanzó a prender fuego a sus pantalones.
Si bien esto ocurrió cuando Chile estaba en pleno estallido social, en ese momento en su barrio no había desórdenes que la hubiesen hecho pensar que no debía salir de casa para dirigirse a su trabajo.
El pasado 14 de agosto se dio a conocer que, tras un sumario interno de Carabineros, se habría dado de baja a dos funcionarios por no prestar auxilio a Fabiola. Sin embargo, esta investigación no arrojó ningún cuestionamiento respecto al uso excesivo de la fuerza ni al incumplimiento de protocolos por parte de los carabineros que estuvieron en el lugar de los hechos. En paralelo, su caso está siendo investigado judicialmente por la Fiscalía.
Si bien la noche del 27 de agosto fue detenido un capitán de Carabineros como presunto responsable directo del ataque hacia Fabiola, la investigación no puede limitarse a quien disparó, sino que deben investigarse también a las personas que vieron lo sucedido, sin hacer nada para evitarlo ni para prestar auxilio, y también a los mandos que, sabiendo lo que había pasado, no aplicaron medidas contra los responsables.
FIRMA Y EXIGE UNA INVESTIGACIÓN EXHAUSTIVA E IMPARCIAL QUE LLEVE A TODOS LOS RESPONSABLES DEL CASO DE FABIOLA, INCLUIDOS LOS ALTOS MANDOS, ANTE LA JUSTICIA