El comercio tóxico de gas lacrimógeno fomenta los abusos policiales en todo el mundo

En el sitio web se incluyen vídeos de entrevistas con una diversidad de analistas externos desde un médico de urgencias hasta especialistas en actuación policial y en empresas y derechos humanos sobre por qué el gas lacrimógeno es tan nocivo si se usa incorrectamente.

Amnistía Internacional se suma al relator especial de la ONU sobre la tortura al equiparar el uso del gas lacrimógeno en determinadas situaciones con la tortura y otros malos tratos.

Un comercio mal regulado

A pesar del mal uso generalizado, no se ha acordado una normativa internacional sobre el comercio del gas lacrimógeno y otros dispositivos antidisturbios. Muy pocos Estados ofrecen información pública sobre el volumen y el destino de las exportaciones de gas lacrimógeno, lo que dificulta una vigilancia independiente.

Amnistía Internacional y la Fundación de Investigación Omega llevan más de dos decenios haciendo campaña en favor de mayores controles sobre la producción, el uso y el comercio del gas lacrimógeno y otras armas menos letales. Como resultado, la ONU y organismos regionales como la Unión Europea y el Consejo de Europa han reconocido la necesidad de regular la exportación de las armas menos letales.

Gracias a la labor de incidencia diplomática de alto nivel llevada a cabo por los más de 60 Estados que integran la Alianza por un Comercio sin Tortura, apoyada por Amnistía Internacional y la Fundación Omega, la ONU está estudiando la posible elaboración de controles sobre el comercio internacional de armas menos letales y otros artículos, y así evitar su uso para cometer tortura y otros malos tratos o aplicar la pena de muerte. Amnistía Internacional y la Fundación Omega están presionando para que esas medidas incluyan el gas lacrimógeno y otros dispositivos antidisturbios.

“Parte del problema con el gas lacrimógeno es simplemente que algunas fuerzas policiales malinterpretan cómo y cuándo pueden usarlo de forma legítima, mientras que otros prefieren hacer caso omiso de esas instrucciones y algunos lo utilizan como arma”, ha dicho Patrick Wilcken, investigador de Amnistía Internacional sobre Control de Armas, Seguridad y Derechos Humanos.

Pero parte de la solución también debe ser un mayor escrutinio del comercio global escasamente regulado del gas lacrimógeno y otros dispositivos antidisturbios. El gas lacrimógeno debe ser incluido en los controles internacionales sobre armas menos letales y dispositivos de inmovilización que se están debatiendo actualmente en la ONU.”

Información complementaria

Países y territorios incluidos:

Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Francia, Estados Unidos (incluida la frontera EE.UU./México), Guinea, Haití, Honduras, Hong Kong, India (Cachemira administrada por India), Irak, Irán, Israel-Territorios Palestinos Ocupados, Kenia, Líbano, Nigeria, República Democrática del Congo, Sudán, Turquía, Venezuela y Zimbabue

 

Fabricantes de gas lacrimógeno y lanzadores conexos incluidos:

Cavim, Condor Non-Lethal Technologies, DJI*, Falken, PepperBall, The Safariland Group y Tippmann Sports LLC. Amnistía Internacional contactó con las siete empresas para obtener sus comentarios y sólo una respondió.

*Produce drones comerciales que se han utilizado para lanzar gas lacrimógeno en Gaza.

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