Un hilo color arcoíris

Y ahora, activistas, personas LGBTI, y simpatizantes de su lucha lloramos sin excepción ——en muchos casos en situación de aislamiento— la pérdida de alguien a quien veíamos como un faro de esperanza, liberación y amor. Alguien que había sufrido a manos de las mismas estructuras patriarcales y de poder que están presentes en diferentes partes del mundo y que, día tras día, impactan en las vidas de las personas y violan los derechos de grupos marginados. El duelo por la muerte de Sarah es un duelo colectivo, pero también individual. En este momento de gran incertidumbre, de distanciamiento social y de confinamientos de diversa intensidad por la COVID-19, es comprensible que sintamos ira, frustración y temor, que han aumentado desde la muerte de Sarah. Y este año, al no poder organizar concentraciones, marchas y, en definitiva, celebrar y afirmar nuestras identidades en el mes del Orgullo, el duelo por la pérdida de Sarah y la de las demás personas LGBTI y activistas que se fueron antes que ella y recientemente nos produce un comprensible sentimiento de orfandad.

Es en este momento cuando debemos acordarnos del hilo color arcoíris que conecta a las personas LGBTI atravesando barreras —geográficas, raciales y étnicas, entre otras— y ofreciendo solidaridad, sentimiento de comunidad y esperanza. Una de las mayores fortalezas de los movimientos LGBTI de todo el mundo ha sido su capacidad de ofrecer apoyo, consejo, solidaridad y, en muchos miles de casos, un sentimiento de familia a otras personas LGBTI que se sienten abandonadas o incomprendidas por sus familias biológicas. En este espíritu de comunidad es donde se han refugiado muchas personas LGBTI, y es lo que las ha estimulado, cargado de razones y apoyado para vivir sus vidas con verdad y autenticidad. El espíritu de comunidad también se observa en la respuesta de otros grupos a la COVID-19, cuando vecindarios, familias y comunidades se unen para ofrecer apoyo, alimentos y ayuda en general.

Pero ese apoyo no necesariamente se ha hecho extensivo también a las personas LGTBI en los meses transcurridos desde que estalló la pandemia. Muchas se han encontrado confinadas con personas o familiares hostiles o que no aceptan sus sexualidades o identidades, lo que les ha provocado problemas de salud mental. Algunas están en países donde se criminaliza la conducta homosexual o las expresiones diversas de identidad de género, y esto les dificulta denunciar situaciones de violencia, acoso y abuso.

A estas personas queremos expresarles nuestra más profunda solidaridad y recordarles que no están solas. El apoyo y el espíritu de comunidad aún sigue existiendo, aunque puede que no sea tan visible como antes. Nos unimos a las organizaciones de derechos humanos y de derechos LGBTI de todo el mundo en el llamamiento a los gobiernos para que proporcionen protección y mecanismos de denuncia a las personas LGBTI que sufren violencia y acoso durante el confinamiento. Además, hay varios grupos de apoyo y comunitarios a los que pueden acudir las personas que necesitan ayuda en cuestiones de salud mental.

Aunque este año no haya manifestaciones presenciales del Orgullo, se celebran muchas online. Global Pride es una celebración digital del Orgullo que tendrá lugar durante 24 horas el 27 de junio, con un conjunto estelar de actuaciones, charlas y debates, y a la que se unirán la mayoría de ciudades del mundo que celebran el Orgullo. Y el 28 de junio, Amnistía Internacional Reino Unido presenta su propia plataforma del Orgullo, que durante un mes ofrecerá contenidos similares de entretenimiento, información y afirmación procedentes de organizaciones asociadas

En este momento de división, distanciamiento y angustia, afirmamos nuestro compromiso con la lucha por un mundo que no sólo acepte sino que celebre la diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género. Un mundo en el que Sarah Hegazy y otras personas que han perdido la vida en la lucha por los derechos LGBTI y otros derechos, podrían haber vivido y haberse desarrollado. Ese mundo de empatía, igualdad y amor es el nuestro, y sólo podremos lograrlo si nos unimos para seguir luchando contra las fuerzas del patriarcado, la intolerancia y la división.

Cuídense, recuerden que estamos en conexión y Ħfeliz Orgullo (en el interior)!

Temas

DONÁ